25/7/11

EL GRANO DE MOSTAZA JULIO

El Grano de Mostaza

LIBRERÍA CRECER Balcarce 4953 T. 479-4776
Cel. 155-431590 y 155-412082 M.D.P.
Año 14 Nº 163 Julio 2011 Alcira y Tony López
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¿Pequeñas diferencias o cosas opuestas?
Los fariseos se preguntabas ¿Qué doctrina es esta que con autoridad hecha fuera los demonios y los demonios le obedecen? En cambio los discípulos se preguntaban ¿Quién es éste que el viento y el mar le obedecen?
Aquí hay una diferencia abismal. La pregunta del fariseo, que desconoce y no le importa saber quien es Jesús, solo piensa en una doctrina, un código, una fórmula que funcione para hacer las cosas. Un método que ellos puedan implementar, pero al fin son ellos mismos, no Dios, quienes hacen por su propia iniciativa humana. Mientras que la pregunta de los discípulos ¿Quién es éste? Se refieren a una persona, Jesús. Los discípulos no están especulando con hacer nada ellos mismos; ellos quieren conocer a una persona, no un método que puedan usar.
Una cosa es conocimiento de Dios y la voluntad de Dios. Otra cosa, opuesta, es manejo de una fórmula que pueda ser usada para hacer nuestra voluntad a nuestro gusto y parecer. Esto es muy importante porque una cosa es la voluntad de Dios y sus planes eternos, divinos e infinitos. Y la otra cosa es la voluntad del hombre, limitada, temporal y egoísta.
Los intereses de cada persona definen en cada persona. Aquello que nos atrae desde afuera siempre es algo que halla eco dentro de nosotros; y a su vez, lo que llevamos dentro, siempre se interesa cuando ve algo de su mismo género afuera. Esto es lo que condiciona la vida, esto hace que tomemos ciertas decisiones acordes a lo que somos, no a lo que parecemos ser. El hipócrita puede fingir pero a la hora de tomar decisiones su corazón será inclinado a su verdadero ser, nunca a otra cosa. Lo que somos cada uno es lo que sale de nosotros espontáneamente.
El cristianismo genuino nunca puede ser algo que manejamos, es algo que nos maneja a nosotros. El que tiene un corazón no regenerado, no puede regenerarlo con disciplinas y métodos humanos. No podemos nacer de nuevo por nuestras propias fuerzas. Todo lo que el hombre puede hacer es humanismo, nunca obra del Espíritu Santo. Tampoco se puede llegar a esta conclusión por sabiduría humana, se llega por revelación de Dios. Revelación que se da al corazón humillado e impotente. Allí precisamente comienza la obra de regeneración. Y luego de esta experiencia la persona se interesa mas por saber quien es Jesús que por conocer una doctrina. Las discusiones estériles sobre doctrina se dejan de lado cuando nos interesamos por conocer a Jesús.

Tony López


Del ser al parecer… nada que ver
Parecer cristiano está muy lejos de ser cristiano; nada puede ser parecido al cristianismo, todo lo que no es cristianismo siempre es opuesto a él. Jesús hizo esta declaración: “Todo el que conmigo no recoge, desparrama… el que no es conmigo, contra mí es”. No hay atenuantes, no hay alternativas. Si la verdad no es ciento por ciento, entonces ya no es verdad. Esto no significa que para ser cristiano hay que conocer toda la verdad, sino que el cristiano es influenciado por la verdad, es atraído por la verdad; no tiene la verdad absoluta por ser cristiano, la verdad lo tiene al cristiano como un faro que alumbra sus tinieblas. Y todo cristiano honesto consigo mismo y con Dios va siendo iluminado para crecer en la verdad. Para esto el cristiano va de arrepentimiento en arrepentimiento, y así va corrigiendo en su interior de acuerdo a la luz que va recibiendo. Arrepentirse es un acto de humildad y reconocimiento que ha fallado. El que se cree perfecto no tiene nada de que arrepentirse (esa es su desgracia).
Para ser cristiano hay que nacer de nuevo (eso se lo dijo Jesús a Nicodemo, maestro de Israel). A Nicodemo no le faltaban estudios y conocimiento, si de eso se tratara.
De modo que no se trata de conocimientos, información, ni nada por el estilo.
¿Cómo nacer de nuevo? Créame que no lo sé; de esto uno es conciente solo, luego que uno ha vuelto a nacer. Y cuando ha nacido ya no le interesa parecer, no necesita nada para parecer. Ahora es cristiano, digo, seguidor de Cristo desde adentro, no de afuera.
T.L.

LA LEY Y LA GRACIA

La gracia y la ley son mutuamente exclusivas; esto es, no pueden ser mezcladas…. “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia” Romanos 11:6.
La ley es un pacto condicional. Dios dice: “Si obedecéis, os premiaré, pero si no obedecéis, tendré que castigaros”. Pero la gracia es un pacto incondicional. Dios dice: “Os bendeciré por pura gracia”.
La ley dice Haz, la gracia dice Cree. Pero no impone condición; constituye simplemente una respuesta razonable de una criatura a su creador. Y no es meritorio; nadie puede enorgullecerse de haber creído en el Señor. Sería una necedad no creer en la única persona de confianza en el universo.
Bajo la ley se demanda santidad, pero no se provee ningún poder para vivir una vida santa. Bajo la gracia se enseña la santidad Tito 2:11-12 y se provee el necesario poder. Alguien lo ha expresado así: “La ley exige una capacidas de aquel que no la tiene y le maldice si no puede ejercitarla. La gracia da la capacidad al que no la tiene y le bendice en su ejercicio.”
La ley trae una maldición: “Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en este libro de la ley, para hacerlas” Gálatas 3:10. La gracia trae bendición: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” Romanos 3:24.
Bajo la ley se potencia la vanagloria, pero bajo la gracia ésta es eliminada.
No puede haber ninguna seguridad de salvación bajo la ley; nadie podría saber si ha efectuado las buenas obras suficientes o el tipo necesario de buenas obras. Bajo la gracia existe una plena seguridad debido a que la salvación es un don; y ¡Uno sabe cuando ha recibido un don!
Una persona bajo la ley no podría tener una verdadera seguridad debido a que no podría hallarse segura de que continuaría cumpliendo los requisitos. Bajo la gracia el creyente goza de seguridad eterna. Juan 10:27-29. Debido a que su salvación depende de la obra de Cristo. Mientras que no hay salvación por la ley. Dios nunca dispuso que nadie se salvara mediante tal principio. El propósito de la ley es mostrar al hombre que es un pecador. “Por medio de la ley es el conocimiento del pecado” Romanos 3:20, no el conocimiento de la salvación. La salvación es por la gracia. Efesios 2:8. Es el don libre y sin reservas de parte de Dios a todos aquellos que reciben al Señor Jesucristo como la única esperanza para ellos de ir al cielo.
Tomado de ¿Cuál es la diferencia? De W. MacDonald edit. Portavoz

Nuestro comentario: Hoy día hay un gran desconocimiento de lo que es la gracia de Dios. Hay una mezcla entre ley y gracia. Pero al no ser posible que estas dos cosas se mezclen; hay una gran confusión en todo el pueblo cristiano.

CREER EN DIOS NOS OBLIGA A PENSAR

Para la fe cristiana, Dios no es un hecho obvio que se conoce y acepta sin pensar, como una roca en el camino sobre la cual tropezamos sin verla, lastimándonos un dedo. Los cristianos no creen en Dios como un misterio indefinible e inconcebible; creen en Dios y lo confiesan en Jesucristo por medio del Espíritu. Las sagradas escrituras dan testimonio de Dios y hablan de Dios de una manera particular. Esta forma particular es el producto de pensar a lo largo de milenios. Dios, mediante su propia revelación, siempre ha generado, corregido y mantenido este pensamiento en el camino correcto, pero esta auto revelación ha requerido del pensamiento humano y del habla humana, de nuestras palabras. Por tanto, la teología es un aspecto indispensable de nuestro servicio a Dios, ese servicio reflexivo del cual habla Romanos 12:1-2, “Por tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezcan su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean trasformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cual sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.
La proclamación de Dios en Cristo llega a partir de una larga historia de pensamiento sobre Dios. Y estimula una historia de pensamiento sin final; lo que escuchamos nos sorprende y asombra y nos preguntamos: ¿Cómo puede ser? Nos ilumina, de manera que miramos todas las cosas con esa luz, y nos preguntamos: ¿Qué es la realidad si Dios es como es en Jesucristo? Nos convoca de tal manera que tenemos que pensar: ¿Qué debemos hacer o ser, siendo que Dios es Dios? Y requiere que pensemos para poder brindarle a cada persona que lo solicite una razón de la esperanza que hay en nosotros, 1º Pedro 3:15-16, y la palabra razón en la carta de Pedro es importante; no es una aseveración ni una repetición de doctrina ni una manipulación doctrinal.
Tomado de: “Los niños como clave teológica” Edt. Kairos

¡Ah esa lengua nuestra!!

La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu. (Prov. 15:4)
Donde la versión reina Valera dice: “La lengua apacible” el hebreo original dice: “La sanidad de la lengua”. Esto claramente indica que nuestra lengua puede necesitar sanidad. Yo creo que la lengua de todo pecador necesita sanidad. La lengua es un área en la que el pecado siempre se manifiesta en toda vida.
“La sanidad de la lengua es árbol de vida” note una vez mas la estrecha conexión entre la vida y el correcto uso de la lengua. La alternativa es: “La perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu. Perversidad es el uso incorrecto de la lengua. “Quebrantamiento de espíritu significa: Salidero de espíritu. La persona puede ser bendecida por Dios, pero no aprovecha, pues a causa de su lengua incorrecta, todas las bendiciones se le escurren.
Muchos son llenados y bendecidos, pero todo se les escurre por sus lenguas. Usted debe mantener un hermético dominio de su lengua si ha de retener la bendición del Señor. Porque una cosa es ser bendecido y otra es retener esa bendición.
La muerte y la vida están en poder de la lengua y el que la ama comerá de sus frutos (Prov. 18:21)
Las opciones son siempre claras: Es muerte o es vida. Ambas están en poder de la lengua. Cada uno de nosotros come del fruto de su propia lengua. Si el fruto es dulce, comeremos fruto dulce; si el fruto es amargo, comeremos fruto amargo. Dios lo ha establecido así. La lengua es un miembro decisivo.

Párrafos tomados del libro: ¿Su lengua, necesita sanidad? De Derek Prince.


Y ESTO HA SIDO TODO POR ESTE MES