8/6/13


HOY 7-6-2013 NACIÓ ESTO QUE SIGUE A CONTINUACION

 Le llamaremos: “PUERTA ABIERTA A LA ALABANZA”

Una brisa fría me impactó en la cara esta mañana al abrir la puerta hacia el patio. Inmediatamente sentí el canto de los pájaros en los árboles. Y así nació esta poesía; luego, mientras caminaba al trabajo, fui repitiendo y agregándole palabras, al llegar a la librería lo escribí y lo completé.

Hay una fiesta de pájaros amigos
Que hacen de la mañana una canción,
Y ya no importan el calor o el frío
Si está lleno de alegría el corazón;

Por esa fiesta de pájaros amigos
Que hacen de la mañana mí canción.

Se le cambia el hay por el por, y el una por el mí. Esta es la interpretación personal de la metáfora.

Esta es mí alabanza personal a Dios; es algo que me acaba de ocurrir esta mañana. Esto no sirve para que otras personas lo canten en una congregación; sencillamente porque no es su experiencia. Sin embargo, en las congregaciones se cantan todo el tiempo canciones que son experiencias ajenas. Entonces me pregunto ¿Es esto alabar a Dios? ¿Es alabanza a Dios un canto aprendido que no significa nada para mí?

Pero, según esto que venimos diciendo, se nos plantea un interrogante ¿Es necesario escribir una poesía para poder alabar a Dios? Por supuesto que no, porque si así fuera, no todos podrían alabar a Dios.

Te propongo volver a la experiencia de abrir la puerta, sentir el frío en la cara y el canto de los pájaros. Ese es el hecho fundamental, de allí nació la poesía. Ahora supongamos que no se absolutamente nada de escribir poesías; supongamos que soy mecánico automotor ¿Cómo traslada el mecánico la escena del frío y los pájaros, a su labor? El mecánico puede reaccionar así: Hace mucho frío, las herramientas del taller deben estar muy frías, la fosa debe ser como una heladera. Pero yo tomaré esta mañana con la misma actitud que la toman estos pájaros. Así será para mí esta mañana: Me olvidaré del frío haciendo mi trabajo con alegría de poderlo hacer y ganar mi sustento ¿No es esto una hermosa alabanza a Dios?

De la misma forma, cada oficio o labor puede ser tomada con la actitud correspondiente, y trasladar las diversas experiencias. Aquí la clave de todo no es, ni el frío, ni el canto de los pájaros, ni el trabajo que cada persona realiza. No. La clave es el traslado y la conversión de una cosa a la otra; el como convertir lo que veo, siento o me pasa, en una experiencia mía de alabanza a Dios.

El traslado debería ser para todo creyente, algo común y corriente. Es necesario aprender a trasladar las lecciones de la Biblia a las cosas de todos los días; si no es así, la repetición de textos y conceptos espirituales, no sirven para nada. Una persona que oye un mensaje sobre el amor, y luego es áspero con su esposa, no le sirve de nada escuchar tal mensaje, aunque diga que le ha impactado.

Y una cosita más. No cometamos el repetido y craso error de limitar la alabanza a Dios, solamente cuando vamos a las reuniones y solamente a canciones escritas por otras personas. No es todo el cantar, ni es todo un lugar. Es en todas partes y con aquello que sabemos hacer y tenemos a mano.  

 T.L.
 
 

 

1 comentario:

  1. Si se puede valorar la canción de las aves, la caricia del viento helado, observar una flor silvestre, como quien admira a una orquídea cultivada, saborear el pan de cada día como si fuese el mejor manjar, es porque lleva a Dios dentro de su corazón. Sabe valorar todo lo que Él ha puesto en esta tierra para nuestro regocijo.

    “Sensaciones”
    11-9-2007
    (Rumbo a la isla Victoria)

    --Son doce los nudos, en proa, parada,
    que es: donde la barca, va rompiendo el agua
    las gotas heladas me besan la cara
    y el helado viento, me acaricia el alma.

    --Dios, ¿estás ahí? ¿es ésta tu casa?
    el cielo está cerca, también las montañas
    y veo en las rocas, tus manos tallando
    diferentes formas, mil cosas sagradas.

    --Una nube, baja, es blanca grisácea
    pero tiene picos, y plumas, y ojos,
    planea, se divide, también tiene alas
    y el hermano hombre, con migas aguarda.

    --Dios, ¿estás ahí? ¿es ésta tu casa?
    aquí somos buenos, aquí nadie mata
    todo se transforma, hay risa en las caras
    y en lugar de hondas, hay pan en las palmas.

    --Los nudos ya menguan, ya se ve la playa
    atraca en el muelle, la preciosa barca
    me bajo corriendo, cual desesperada
    ahueco mis manos, y bebo agua santa.

    --Bellos arrayanes, laberintos, pinos
    camino y camino, me siento arrobada
    inspiro el aroma, lo llevo guardado
    Dios, ¿estás ahí? ¡Qué linda es tu casa!

    Susana Gutiérrez Calderón.



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